Los candidatos a la nominación republicana protagonizan sonadas meteduras de pata durante la campaña
Jon Huntsman pasa por ser uno de los pocos candidatos solventes en la carrera por la candidatura republicana a la presidencia de Estados Unidos. Desde su posición de exgobernador, exempresario y exdiplomático, cuando en junio de este año presentó sus credenciales junto a una bandera estadounidense y con la Estatua de la Libertad en el horizonte, difícilmente imaginaría que las primarias se terminarían convirtiendo en un circo.
Claro que con sus oponentes todo era posible. Y él lo vio pronto. El 18 de agosto lanzaba un tuit que lo alejaba de los extremos de los demás candidatos… y de cualquier opción de ganar la candidatura:
To be clear. I believe in evolution and trust scientists on global warming. Call me crazy.
Para entonces Donald Trump ya había descartado presentarse como candidato. El magnate estadounidense y figura mediática es precisamente uno de los grandes culpables del radicalismo republicano. El que llevó a Barack Obama a hacer pública su partida de nacimiento ante las dudas sobre si nació en suelo estadounidense. Fue Obama quien se encargó de poner en ridículo a Trump, durante la cena de corresponsales.