18 de abril de 2011

En busca de una doctrina para los nuevos retos

El presidente de Estados Unidos afronta las revoluciones árabes con la convicción de estar en el «lado correcto de la historia», lejos del esquema seguido por sus antecesor George Bush en política exterior.

Foto: Casa Blanca
Para Obama, las guerras tienen adjetivos. Si la intervención en Irak fue «estúpida» y justificó la presencia en Afganistán como «necesaria», las operaciones militares en Libia, impulsadas por el presidente norteamericano en el Consejo de Seguridad de la ONU, son una obligación humanitaria.

Estados Unidos no está en guerra en Libia. Al menos, eso se desprende del discurso que pronunció Obama después de que se aprobase la resolución 1.973 en la que solo hubo una mención a la palabra guerra, para referirse a los enfrentamientos entre los rebeldes y las tropas de Gadafi. Siguiendo al lingüista estadounidense George Lakoff, el marco de Obama se define en torno al lema «No pienses en una guerra».