16 de enero de 2010

Obama prescinde de Europa


Los principales dirigentes europeos saltaban de alegría cuando al otro lado del Atlántico Barack Obama lograba ascender hasta la presidencia de Estados Unidos. Todo hacía indicar que el nuevo mandatario sería un fiel aliado de una Unión Europea necesitada de un nuevo perro guía.

Sin embargo, la realidad ha demostrado que el idealismo atribuido a Obama se transfirió a los presidentes europeos. El nuevo presidente de EEUU ha entendido en su primer año que el nuevo centro de gravedad se ha trasladado hacia el Pacífico.

Prueba de ello es la fracasada Cumbre de Copenhague. La ausencia de una voz única y la falta de peso de los dirigentes europeos les dejaron fuera del acuerdo de mínimos final entre Estados Unidos, China, India, Brasil y Suráfrica. Obama prefirió apoyarse en las potencias emergentes en lugar de la decadente Unión Europea para el acuerdo final de una Cumbre celebrada en suelo europeo. El alemán Günther Oettinger, peso pesado de la próxima Comisión Europea ha declarado que "si la Cumbre de Copenhague nos enseña algo, es que la UE no tiene suficiente autoridad mundial cuando se trata a países como China".

"Estados Unidos no tiene ningún socio más importante que Europa en la tarea de aumentar la seguridad y la prosperidad en el mundo", decía el comunicado de felicitación de la Casa Blanca a los nombramientos de Van Rompuy y Ashton. La Unión Europea se encuentra ante su última oportunidad antes de caer en el olvido. La aplicación del Tratado de Lisboa pretende acabar con esta disfunción y reforzar los mecanismos de los 27 para efectuar una política exterior "coordinada, eficaz e influyente". Y para esa tarea o, más bien, para no limitar las parcelas de poder de los jefes de Estado y Gobierno europeos se eligió a Herman Van Rompuy como presidente del Consejo Europeo, escoltado por Catherine Ashton, Alta representante para la política exterior.

Ambos nombramientos suponen el primer gran fracaso del nuevo Tratado y la UE ya no se puede permitir más errores de este calibre. Mientras tanto, el nuevo presidente rotatorio, José Luis Rodríguez Zapatero pretende "revitalizar la Agenda transatlántica" para "reforzar la complicidad" con EEUU bajo la supervisión del recién llegado Van Rompuy en el peor momento de su legislatura y deslegitimado por su gestión económica en España.

5 comentarios:

  1. No estoy del todo de acuerdo con la siguiente afirmación sobre Rompuy y Ashton: "Ambos nombramientos suponen el primer gran fracaso del nuevo Tratado".
    Lo que ha fracasado aquí no son los nombramientos, que en mi opinión son muy ajustados al Tratado: se ha buscado 2 personalidades que puedan resultar dóciles a los intereses de Sarko y Merkel (por algo Rompuy sería "su" candidato conjunto).
    Incluso en el caso de que ambos quisieran realizar importantes iniciativas con independencia, no tienen la experiencia necesaria.
    Sin embargo, em gustaría darles un voto de confianza.

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  2. Emilio: digo que es un fracaso porque el Tratado su vendió como lo que iba a sacar a Europa de su letargo y ambas figuras iban a ser claves. Se barajaron nombres como el de Blair y se ha elegido a Rompuy. Eso es un fracaso, en mi opinión. Ahora bien, si entendemos, como creo qeu tú piensas, que esas figuras se pensaron para ser meramente representativas y no socavar parcelas de poder a los grandes jefes de EStado, por supuesto, no había elección mejor.

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  3. no me extraña en absoluto. EEUU son los reyes del mundo y no quieren compartir el mando.
    http://fessolsnaps.wordpress.com/2010/01/17/conspiracio-mundial-de-com-el-titanic-va-eclipsar-el-lusitania/
    gràcies per l'article. Disculpen nuestro post desenfadado.

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  4. Creo que Estados Unidos, tiene claro que la UE siempre estará ahí como su perrito faldero. Por eso prefiera centrarse en los BRICS

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  5. Quizás calificar como "fracaso" los nombramientos sea algo exagerado, aunque entiendo perfectamente lo que quieres decir Jaime.
    Por otro lado, estoy completamente de acuerdo con la afirmación de que estos nombramientos se han realizado para "no limitar las parcelas de poder" de los Jefes de Estado europeos. Y este es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la UE. No puede haber una Europa unida si los líderes europeos no van renunciando progresivamente a distintas parcelas del poder, pero claro, que alguien le explique a Merkel o a Sarkozy que deben renunciar a parte de su poder y de su peso internacional en beneficio de algo llamado Europa.

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