10 de diciembre de 2009

¿Qué le debe Barack Obama a Howard Dean?


No ha pasado ni un año desde que Obama congregara a más de dos millones de personas durante su discurso de investidura el 20 de enero e, incluso con un Nobel de la paz en su haber, ya no hay rastro de la figura mística del que fue candidato a la presidencia de Estados Unidos. The Economist, por ejemplo, se atreve a pronosticar un año "miserable" para Obama. La batalla por la reforma sanitaria, el alto déficit estatal, la guerra de Afganistán, dice la prestigiosa revista, contribuirán a desgastar la imagen del presidente de EEUU, cuya aprobación popular ha caído del 70% al 50% después de sus primeros ocho meses. La aparente debilidad de Obama, tanto en un plano interno como a nivel internacional, y la resistencia del pueblo norteamericano al cambio, podrían llevarle a perder la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, lo que le dificultaría aún más la realización del cambio prometido durante su campaña electoral.

Lejos queda, por tanto, el supuesto cambio histórico que supuso su victoria, precedida por lo que para muchos fue un movimiento social. "Fue un movimiento social en el sentido en que arrastró a gente que no solía votar, que votaba por primera vez e incluso que había votado siempre a los republicanos. Lo fue también por la capacidad de movilización de voluntarios y de recaudación", asegura a este redactor Eusebio Val, que cubrió la carrera electoral de Obama para La Vanguardia. Pablo Pardo, corresponsal de El Mundo en Washington, sostiene que Obama "logró crear un movimiento social por su uso de la tecnología, sobre todo Internet y teléfonos móviles. Lo único que hizo fue repetir la estrategia de Howard Dean en 2004".


El mensaje del demócrata Howard Dean, candidato a la presidencia en 2004, se dirigió principalmente a los jóvenes. "Por primera vez desde 1960, el cambio está en las manos de una nueva generación de jóvenes a los que hay que dar un motivo para votar". Aunque el demócrata no pudo seguir adelante en la carrera por la victoria de John Kerry, logró movilizar el voto joven. Los datos de hace cinco años señalaban que el 70% de los jóvenes estadounidenses no votaban y Dean explotó ese nicho porque Internet permitía llegar a un sector del electorado que cuatro años después se revelaría clave.

Así, Obama apostó por continuar la estrategia de Dean porque, con un claro favorito (Hillary Clinton) "sólo se podía llegar a la victoria por un camino que no fuera el tránsito político habitual", según José Ángel Abad, corresponsal en EEUU para Antena 3 Noticias. Eso es lo que explica, según el periodista, que Obama se apoyara "extraordinariamente en la tecnología (Internet) para hacer política y en un inicialmente dudoso ejército de nuevos votantes y voluntarios, en su mayoría formado por jóvenes y afroamericanos". Fue por medio de Internet donde Obama, y gracias a pequeñas donaciones (de 25, 50 ó 100 dólares) obtuvo el 67% de los 750 millones de dólares recaudados.

Durante la campaña se crearon más de 2 millones de perfiles de usuarios afines al Partido Demócrata, más de 35.000 voluntarios (el 95% de los 6.000 empleados de la campaña eran menores de 30 años y la mayoría menores de 25), unos 400.000 blogs creados y cerca de 200.000 eventos creados fuera de la Red. 14 de cada 100 electores recibieron sms de Obama en sus teléfonos móviles frente a cinco de su rival, John McCain. En cuanto a e-mails, la diferencia es de 25% a 14%. Si se trata de portales de Internet, 29 de cada 100 visitaron los de Obama y 14 de cada 100 los de McCain. Finalmente, vieron spots electorales sobre el ordenador 29 de de cada 100 para Obama y 12 para McCain.

A diferencia de Dean, Obama supo utilizar el voto joven a su favor, lo que se reveló decisivo para su victoria final. De acuerdo a las encuestas a pie de urna, Obama ganó a McCain por sólo 50-49% en cuanto a los votantes que ya habían votado en las elecciones anteriores. "Si en realidad arrasó –señala a este redactor José Ángel Abad- fue porque entre quienes votaron por vez primera o por vez primera en un periodo largo, Obama sacó una ventaja de 71-27%". El equipo de Obama logró crear una sofisticada organización de base partiendo del uso de las nuevas tecnologías. Además, y no menos importante, no repitió los errores de Dean en una campaña caracterizada por la ausencia de cambios de rumbo y las nulas filtraciones.

Pablo Pardo señala que el atractivo de Howard Dean no pasó de los jóvenes y cometió un error de bulto al buscar el enfrentamiento, algo poco recomendado en la política americana. Nada de esto ocurrió en la carrera presidencial de Barack Obama, que le debe a Howard Dean gran parte de su éxito. "De hecho, Dean fue quien lanzó a Obama, aunque Obama no se lo ha agradecido nunca", concluye Pablo Pardo.

3 comentarios:

  1. En primer lugar, y antes de nada, enhorabuena por tu regreso al blog.
    En relación al texto, sinceramente, muy bueno. Se nota que te has trabajado el asunto. Aunque, sin desmerecer el desarrollo, lo que más me ha gustado ha sido ese primer párrafo realista sobre la situación actual de Obama.

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  2. Mi más sincera felicitación al servidor de este blog. Sólo decir que José Ángel Abad, junto con Enrique Zimermman, me parece uno de los mejores periodistas de la televisión, sabe como desenvolverse en cualquier tema, sea de Obama, de Gasol o de las compras navideñas.

    En cuanto al Presidente de los EEUU, no se puede pretender que en un año consiga salir de la crisis económica, estabilice su país y el resto del mundo. De momento, con su intención, ha ganado el premio Nobel de la paz; bien es cierto que faltan los hechos. Pero yo creo que se ha ganado el "beneficio de la duda" (por lo que hizo por Cuba, Palestina...)

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  3. Está claro que la estrategia Obama a todos los niveles no se puede poner ya en duda. Ahora bien, claro es que al igual que cada vez más las cmapañas electorales son más y más marketing y estrategia comunicativa, al final la política debe ser eso y hechos por tanto. No era de extrañar, en este sentido, que su popularidad cayese a medida que toda esta estrategia fuese quedando atrás y el sueño fuese aterrizando en la vida real. A medida que el gran esperanzador, al final tuviese que convertirse en el presidente.

    De todas formas, me parece que aún es pronto para sentenciar que no lo va a conseguir. Cierto es que quizás el Nobel ha llegado demasiado pronto, pero si él podrá o no, habrá que verlo al final de su mandato.

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