14 de septiembre de 2009

El sistema sanitario en Estados Unidos

Obama
Estados Unidos dedica un 15% de su Producto Interior Bruto a la sanidad. Es decir, gasta en este concepto el doble que cualquier otro país occidental pese a sus enormes deficiencias. La distribución de cada dólar invertido en sanidad es la siguiente: un 31% destinado a hospitales, un 21% a los médicos, un 10% a las farmacéuticas, un 8% a hospicios, un 7% a gastos administrativos y un 23% a otros menesteres.

A pesar de la cantidad invertida, 47 millones de estadounidenses no tienen cobertura sanitaria en la mayor potencia del mundo. La razón es que los ciudadanos de EEUU deben pagar por su atención médica. Algunas empresas ayudan a paliar esta disfunción pagando a sus empleados toda o parte de la prima mensual del seguro de salud, aunque en la mayoría de los casos el trabajador paga dicha prima.

A ello hay que añadirle las abusivas condiciones de las compañías de seguros. El pago de 3.500 euros, unos 300 anuales, no garantiza una atención adecuada ni cubre todo tipo de procedimientos, a diferencia de otros países donde es gratuita. Asimismo, los requisitos para ser aceptados por las compañías aseguradoras suelen ser bastante rígidos para no arriesgarse a contratar clientes que les vaya a suponer un desembolso a largo plazo.

El Estado trata de paliar estas deficiencias con los programas públicos Medicare y Medicaid. El primero, que no ofrece atención 100% gratuita, va destinado a mayores de 65 años o personas que hayan trabajado un mínimo de 10 años. El programa Medicaid cubre los costes sanitarios a personas sin ingresos.

Caballo de Troya de Obama
Barack Obama está decidido a ser el "último presidente en afrontar esta causa" y para ello ha puesto en juego todo su prestigio político. "Somos la única democracia avanzada sobre la Tierra, la única nación rica que permite ese trato para millones de sus ciudadanos", recordó Obama en su discurso antes las dos Cámaras del Congreso el pasado 9 de septiembre.

El proyecto de Obama prevé un gasto de 900.000 millones de dólares en diez años destinados en su mayor parte a ampliar la cobertura Medicaid y subsidiar a los americanos de ingresos modestos. El presidente estadounidense propone imponer una cobertura médica obligatoria "del mismo modo que los estados obligan a tener un seguro de automóvil".

Obama quiere que los seguros médicos dejen de depender de un puesto de trabajo y su esperada reforma asegurará que nadie se quede sin seguro a pesar de que pierda el trabajo. Un grupo de aseguradoras subvencionado por el Estado se encargará de ello.

La cobertura, de conseguir Obama lo que no fueron capaces los ex presidentes Roosevelt, Carter y Clinton, sería universal a excepción de los inmigrantes ilegales que suponen unos 12 millones del total de 47 que no tienen atención médica actualmente.

El Estado participará en la sanidad promoviendo una opción pública para cubrir a aquellos sin cobertura, aunque sólo como ultima solución para aquellos que no puedan acceder al seguro privado. Se calcula que un 5% de los estadounidenses se acogería a esta opción.

Por último, Obama asegura que el programa Medicare no se reducirá y pretende controlar a las aseguradoras para que no rechacen pacientes por condiciones médicas previas a la contratación del seguro ni les den de baja cuando tengan una enfermedad grave.

1 comentario:

  1. Siempre es bueno comparar el coste de esta reforma con lo que se gasta en armamento.

    ResponderEliminar