15 de septiembre de 2009

Obama arriesga su caudal político con la reforma sanitaria

Obama pone en juego su prestigio político
Al fin y al cabo es lo que todo político debiera hacer: arriesgar. Ocurre que estamos demasiado acostumbrados a políticos de medio pelo que gobiernan pensando en las próximas elecciones. El resultado es una gestión plana, sin ambición; mandatos basados en lo que dicen las encuestas de opinión.

Barack Obama, sin embargo, no es el mejor ejemplo de un político que se aparte de la dictadura de la opinión pública. Que desde la derecha le acusen de socialista y, desde las posturas más progresistas, le tachen de conservador es el mejor indicador de que Obama es ante todo pragmático. Durante su carrera electoral dio una lección magistral sobre cómo utilizar a su favor los medios de comunicación, básicos en la formación de la opinión pública.

Ahora bien, hay cuestiones en las que Obama ha decidido ir de frente. Desde el principio anunció que la prioridad sería Afganistán y que retiraría las tropas de Irak y, por lo que estamos viendo, está resuelto a ello. Asimismo, su llegada a la Casa Blanca ha supuesto un cambio radical en la diplomacia estadounidense, como prometió en sus mítines electorales. Pero donde Obama se ha arriesgado es en la reforma sanitaria.

Recelos ante la reforma
El presidente estadounidense se ha decidido a arriesgar todo su prestigio político, que es mucho, a una reforma que varios predecesores fueron incapaces de llevar adelante. Su proyecto de reforma choca con los conservadores en tanto que la reforma supondrá una inversión estatal de 900.000 millones en diez años en un país muy poco acostumbrado a la intervención pública. Obama también se enfrenta a los recelos de la izquierda norteamericana, incluso de miembros de su propio partido.

La división existente entre la clase política se extiende al pueblo. Según una encuesta publicada por 'The Washington Post', los estadounidenses se encuentran divididos a partes prácticamente iguales: el 48% se opone a la reforma mientras que el 46% la apoya.

Otro sondeo efectuado por la CNN entre quienes siguieron por televisión el discurso de Obama ante las dos Cámaras del Congreso reveló que el número de personas que respaldaban la reforma subió del 53% al 67%.

Para aprobar su proyecto, el dirigente necesita una mayoría simple en la Cámara de Representantes, que los demócratas ya tienen, y 60 votos en el Senado, para lo que les falta a uno. No obstante, un grupo de demócratas podría acabar votando en contra de la prioridad legislativa del presidente Obama.

1 comentario:

  1. Seguramente termine llevándose a cabo una reforma del sistema sanitario estadounidense, pero desde luego no en los términos de "opción pública" que propone Obama. En cualquier caso una reforma a este desastroso sistema, será, a buen seguro, muy bien recibida por buena parte de la sociedad.

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