Las mujeres participaron masivamente en la Revolución de 1979 junto a los hombres. Sin embargo, los nuevos dirigentes iraníes se apresuraron a derogar aquellas leyes del antiguo régimen que favorecían a las mujeres. Las leyes emanadas de la sharia vinieron a formar un régimen de desamparo y ninguneo a la mujer.
Treinta años después, una mujer, la ginecóloga Marzieh Vahid Dastjerdi ha pasado a la historia al convertirse en la primera ministra desde que se constituyó la República Islámica de Irán. Dastjerdi consiguió el voto de confianza de la Cámara para situarse al frente de la cartera de Sanidad.
Su nombramiento se encuadra en una crisis ministerial emprendida por el primer ministro, Mahmud Ahmadineyad, que logró una importante victoria parlamentaria al conseguir que la Cámara aceptara a 18 de los 21 ministros propuestos. Entre los candidatos descartados, se encuentran dos de las tres mujeres que aspiraban a un ministerio.
Toma de conciencia políticaA pesar del importante logro conseguido por las mujeres, los hombres siguen teniendo en Irán el derecho unilateral al divorcio y la poligamia. En la actualidad, el testimonio femenino vale la mitad del masculino y las mujeres no pueden salir de su domicilio ni viajar sin autorización del esposo al tiempo que están sujetas a un riguroso orden moral e indumentario.
La nueva ministra de Sanidad, Marzieh Vahid Dastjerdi, se declaró en el pasado partidaria de que las mujeres sólo sean atendidas por médicos de su mismo sexo. Algunos de los grandes clérigos de la chía instaron al presidente iraní a repensar su decisión porque dudaban sobre la capacidad de gestión de las mujeres.
El sector femenino trata de desarrollarse en una región donde no lo tiene nada fácil. Poco a poco, un grupo que integra más de la mitad de la población universitaria crece contestando las leyes y tradiciones de Irán. La elección de Dastjerdi no es más que una consecuencia de la toma de conciencia que demostraron en las elecciones presidenciales de 1997 así como las municipales de 1999, las legislativas de 2000 y las presidenciales de 2001, que condujeron a la aplastante victoria de los reformistas, partidarios de dar un papel más relevante a la mujer.
Es sin duda una gran noticia para los derechos y libertades no sólo de las mujeres iraníes, sino de todas aquellas que viven en sociedades donde el concepto "igualdad" aún no ha llegado. Esperemos que este nombramiento no quede anécdota y comienza una mayor apertura, por ligera que sea.
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