22 de septiembre de 2009

Una reunión abocada al fracaso

Obama,-Netanyahu,-Abbas

La semana pasada el enviado de Estados Unidos a Oriente Medio, George Mitchell, regresó después de varias reuniones con el líder palestino e israelí durante cuatro días sin lograr ningún tipo de compromiso de ambas partes. Ahora parece que Obama ha decidido implicarse personalmente en la resolución del conflicto y ha conseguido fijar una reunión en la que Abbas y Netanyahu se sentarán en la misma mesa con la intermediación del presidente estadounidense.

La reunión a tres bandas estará precedida de sendas reuniones bilaterales, de media hora de duración cada una. El equipo de Obama quiere vender esta reunión como un éxito, al celebrarse pocos meses después de que Netanyahu asumiera el poder y menos de un año después de la ofensiva de Israel en Gaza.

Sin embargo, las expectativas para esta reunión son más bien nulas. Según los analistas, lo que quiere conseguir Obama con este encuentro es mostrar su implicación en el conflicto más que resultados concretos. Que no va a conseguir resultados parece claro ya que ambas partes tienen un sentimiento de frustración con Estados Unidos.

A pesar de que la Administración Obama se ha mostrado muy crítica con la construcción de asentamientos, los palestinos consideran que Washington no hace lo suficiente para suspenderlos. Israel, por su parte, considera que EEUU ejerce una presión desproporcionada en el tema de los asentamientos mostrando más condescendencia con los palestinos.

A todo esto hay que añadir que las posturas entre las partes enfrentadas se encuentran muy alejadas. Los palestinos acusan a Israel de rechazar la congelación de los asentamientos en los territorios ocupados y de evitar asuntos como el estatus definitivo de Jerusalén en las conversaciones de paz. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo hace una semana en una entrevista que no accederá a la congelación de los asentamientos.

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