
Desde el bando occidental se observan los acontecimientos que ocurren en el
sur de América con cautela y mucho cuidado. Los gobiernos europeos no dudan en calificar de intolerable el intento de perpetuarse en el poder llevado a cabo por
Evo Morales en
Bolivia, por ejemplo.
Pero en el caso de
Venezuela las críticas son menores puesto que
Chávez sabe cómo utilizar la baza del petróleo. Quien no le criticará, al menos durante un tiempo, es
Irán que comprará 20.000 barriles diarios a Venezuela, fruto de un acuerdo que asciende a 800 millones de dólares.
Los intentos de cambiar la Constitución para facilitar la reelección indefinida del máximo mandatario no son patrimonio exclusivo del denostado
'Eje bolivariano' sino que un aliado occidental como
Colombia también ha puesto en marcha los
procedimientos necesarios para facilitar la reelección indefinida de su presidente.
Apoyo a los presidentesQue Evo Morales quiera perpetuarse en el poder es, a ojos occidentales, inasumible; que lo quiera hacer Chávez, discutible; que
Uribe aspire a un tercer mandato, necesario.
Los gobiernos europeos no dudan en calificar de intolerable el intento de perpetuarse en el poder llevado a cabo por Evo Morales en Bolivia.
Sin embargo, pese a lo que se pudiera pensar, estas iniciativas gozan del apoyo popular. Según una encuesta publicada por el diario
'El Tiempo', la intención de voto del presidente colombiano habría ascendido en los últimos cuatro meses más de siete puntos hasta el 54,50%, lo que le permitiría ganar las elecciones en primera vuelta si finalmente Uribe se decidiera a presentarse a una segunda reelección siempre y cuando la reforma de la Constitución sea aprobada en referéndum.
En Venezuela la situación no es muy diferente. Las últimas encuestas coinciden en señalar que Hugo Chávez cuenta con casi un 60% de popularidad. Una encuesta elaborada por el
Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD) revela un 57,9% de apoyo a Chávez. Otro estudio de
Datanálisis estima en el 57,3% el respaldo al mandatario venezolano.